EL TERRIBLE INCENDIO DE HELLÍN

El terrible incendio de Hellín

José Antonio Iniesta



En ocasiones la vida te ofrece situaciones agridulces, como la que se produce esta noche. En Hellín, Albacete, se celebra el triunfo de la selección española en la Eurocopa, que por encima del triunfo del fútbol es para mí de una gran importancia por la lección de unidad, sencillez y humildad de nuestros grandes futbolistas españoles, que una vez más han hecho historia. Entre ellos, los hellineros vibramos con nuestro paisano Andrés Iniesta, grande con su pequeña estatura e inmenso por su humildad y genialidad en el juego, elegido además el mejor jugador de la final y posiblemente de la Eurocopa.

Mucha gente se ha echado a la calle para celebrar este gran triunfo, pero yo no estoy para celebraciones. Al mismo tiempo que escucho el inmenso tumulto, y veo las bengalas que vuelan por encima de los tejados, contemplo con estupor desde mi terraza las monstruosas llamaradas de fuego que asolan las montañas de Hellín, que devoran los bosques, los sagrados árboles de mi tierra, millones y millones de seres vivos que ahora mismo se están consumiendo en las pavorosas llamas de un tremendo incendio que ha acabado con la vegetación de la Sierra de los Donceles y muchos otros lugares. Y mi corazón se encoge pensando, entre tantos otros seres vivos, en mis hermanos donceles, en estos bellísimos y tan escasos árboles, rebosantes de inmensa sabiduría, ajena a la ignorancia y la incapacidad de ver de los seres humanos.

Me pregunto si habrán ardido presa de las llamas aquellos supervivientes, pinos centenarios, que tantas experiencias mágicas me han deparado, que encerraban, o espero que encierren todavía, un inmenso secreto que descubrí hace tanto tiempo. Ellos cambiaron en gran medida mi vida, con  vivencias estremecedoras, aunque sólo el silencio sepa aquello que compartimos.

Es pura desolación la que siento. Me encaramo al tejado de mi casa y a simple viste observo la monstruosa barrera de humo que rodea la ciudad, de tan cerca como tenemos este pavoroso incendio.

Me iría ahora mismo a las montañas, si no fuera por el riego que esta aventura entraña, para ver si han sido destruidos los árboles guardianes de los distintos lugares de poder que he ido conociendo a lo largo de mi vida, especialmente de dos parajes que podrían haber sido quemados. Espero que no sea así y sobrevivan a esta masiva destrucción de millones de árboles, de todo tipo de plantas, de infinidad de seres vivos que se cobijaban en estas montañas.

Ya es la segunda vez que tengo la triste oportunidad de ver un incendio de estas características desde mi terraza, demasiado para una sola vida.

Siento el dolor al pensar que los árboles, cuando están vivos, pasan desapercibidos por su sabiduría y su nivel de consciencia, incomprensible para la ignorancia de los seres humanos por lo general, y siento ese mismo dolor al observar que seguirán pasando desapercibidos ahora que se están convirtiendo en ceniza.

Y me pregunto, con impotencia, qué puedo hacer, que es nada, ante este terrible holocausto en la naturaleza, siempre provocado intencionadamente o por descuido de los seres humanos, que al fin y al cabo es el resultado de su incapacidad para acercarse a la naturaleza con el inmenso respeto que se merece.

Cuando mueren seres humanos que se quieren uno sufre, pero yo lo hago con la misma intensidad contemplando con infinita tristeza la gigantesca humareda desde mi tejado.

Ya nunca podré ver estos parajes como los conocí. Mi vida, por larga que sea, no me permitirá volver a ver a muchos de estos árboles, sean pinos carrascos o los benditos donceles, tan grandes como los conocí. Su belleza ha desaparecido, como su existencia, para siempre…

No queda más sensación que la de la impotencia y la desolación, con la única y efímera esperanza de que alguna vez los seres humanos tengan la suficiente lucidez como para honrar a los árboles, y al conjunto de la naturaleza, como se merecen.

Que Dios bendiga a mis hermanos los árboles…

http://www.laverdad.es/murcia/rc/20120701/sociedad/incendio-hellin-albacete-201207012028.html
http://www.elmundo.es/accesible/elmundo/2012/07/01/espana/1341147024.html
http://www.teinteresa.es/ciencia/Desalojada-Minas-incendio-Mingogil-Hellin_0_728927964.html

Fuente: Textos recopilados de las páginas web Luz de Ilunum y Sieteluces, además de los canales de youtube Luz de ilunum y Editorial Sieteluces, textos propios y/o recopilados por el escritor e investigador José Antonio Iniesta Villanueva.